LA HUELGA DE HAMBRE: UN ACTO DE AMOR POR CANARIAS

No es nuevo y por eso es aún más denunciable si cabe. Al desastre que significa que durante más de 15 años no se ha construido vivienda pública en Canarias, hay que añadir que aquella. que está "gestionada" por VISOCAN arrastra una mala praxis y destila un "tufo" a podrido que tira para atrás. Garantizar el derecho a la vivienda debiera ser un mandato para todo cargo público, funcionarios incluidos, pero la realidad es otra porque, son decenas de miles las familias canarias que son abandonadas a su suerte, cuando no maltraradas por supuestos servidores públicos. Este que contamos es uno de tantos casos con que la Acampada Reivindicativa Lolo Dorta se encuentra a diario. Indignante.

Ni los delegados sindicales acuden ya a la movilización más señalada de la clase trabajadora. El otrora día de lucha y reivindicación, se ha ido diluyendo a la par que el rol de unos sindicatos que se han convertido en meros gremios sectoriales y agencias de servicios laborales. Muy atrás queda la conciencia de clase, la militancia y el afán de hacer más justa esta sociedad. El pasado miércoles las manifestaciones convocadas por UGT, CCOO y otros sindicatos menores apenas congregaron a 800 personas en Las Palmas de GC. La concentración anunciada por Intersindical ni tuvo lugar.

Toma cada vez más forma la impresión de que las masivas movilizaciones del pasado 20-A han cogido a todo el mundo "con el pie cambiado". Y eso no sólo incluye a patronales y políticos, sino a los propios colectivos organizadores. Se sabía que había un creciente malestar social con los "efectos colaterales" de la masificación turística, sobre todo en lo referente al impacto sobre el territorio pero más con el alquiler vacacional, pero que pudieran salir más de 180.000 personas a las calles a protestar por todo ello y en todas las islas, no entraba en ninguna previsión. Las declaraciones en días previos, tanto de las patronales como del gris Presidente, Fernando Clavijo, encendieron aún más los ánimos, de ahí el "tsunami" de participación.

A Fernando Clavijo le gustan las fotos. Las tiene con Sánchez, el Rey de España, el Papa Francisco y "con Dios" si se pusiera a tiro. En todas ellas rogando, genuflexo, buscando dar altura a una forma de gobernar vacía y gris, sin ideas, sin respuestas. Esta semana lo ha vuelto a hacer. Reúne a los presidentes de los 7 Cabildos durante una hora, se saca la foto y les desea felices vacaciones. El tema de las Movilizaciones del 20-A les ocupó 10 minutos y se lo "ventilaron" anunciando comisiones de estudio que, en la jerga política, viene a ser meter un asunto en la gaveta.