La españolidad es un concepto mucho más amplio que un origen por nacimiento o una condición administrativa. Hablamos de un añadido que pretende elevar a un orgullo prepotente lo primero y una altura menor a todo aquello o a aquel que no pase por el mismo aro de ese constructo mental, cultural y político. La españolidad así entendida, es como aquella idea de raza aria germana e imperio en donde sólo cabía lo que cabía en aquellas cabezas enfermas de ego y odio.
Hoy viernes se ha presentado en rueda de prensa y entre sus impulsores destacan referentes del ecologismo canario, movimientos sociales y el nacionalismo canario de izquierdas.
El ex de Podemos ha preferido sumarse a las peleitas de la izquierda española que construir un Proyecto político disidente para y por Canarias. Donde dije "digo" dice ahora "Díaz" y donde se reivindicó "escarmentado" de centralismo, dependentismo y sucursalismo, ayer ya anunciaba que prefiere un Podemos Bis que una UPC. Rodríguez se ha estado columpiando en su Drago varios meses y va camino de colgarse del cuello si pretende ponerse a la sombra del paraguas de Yolanda, otra "goda" y diva de la que nada podemos esperar en la colonia.
En el fondo del mar, matarile lire ron y en el del Proyecto de Chira Soria salta la campanada. La energia que producirá la central de Antonio Morales será para España. Se lo cuenta Eduardo Martin
La UE reconoce ahora que lo de Cuna del Alma no era legal. La clase política dependentista canaria otra vez quedando a la altura del betún, sólo que con tufo a algo más pestilente. Podemos, Godemos, la correita de transmisión del Psoe en Canarias, pringada de vergüenza hasta el tuétano.
Todos haciendo de "sostenibles" en su guión de falsos progresistas y ecologistas y a poco que se levanta la alfombra, se puede apreciar que son unos falsarios e ignorantes que juegan para los que están cargándose la vida en Canarias y el planeta. Eduardo Martín no los explica.
Luis Gómez es un joven canario de 19 años que vive en la capital de España y ha sufrido en su propia familia las dificultades que viven los residentes canarios en otros territorios del Estado. La intención de Luis con el relato que reproducimos a continuación no es otra que poner sobre la mesa el drama que supone una situación que considera que los canarios no merecemos, atendiendo a una máxima: "si no hay ruido, el silencio es sinónimo de aceptación".
El pasado 17 de Enero se cumplió el primer mes de Acampada de Tamaranae Activistas en los Caideros de Soria, justo en el punto más estratégico del proyecto destructivo que acomete REE con la complicidad de Antonio Morales y toda la casta política dependentista. La Resistencia canaria toma posiciones.
Pese a que Antonio Morales haya pretendido vender que "su capricho" supone una contribución para la soberanía energética de Gran Canaria, que es un proyecto sostenible desde el punto de vista medioambiental y que sólo significará riqueza para la isla, la verdad es otra bien distinta y secreta. Eduardo Martín se los cuenta.
El tema de la vivienda es altamente lascerante en muchos territorios. En Canarias alcanza niveles tales que deberían ser motivo suficiente para que dimita en peso el Gobierno autónomo y, previo paso por los juzgados, vayan, junto a más de un funcionario, empleados de banca y empresarios, caminito de prisión sin fianza. En este artículo de opinión de Eloy Cuadra se nos acerca el tema.
Defender la tierra que uno habita es lo mínimo exigible a un soberanista. Diríamos que va en el pack de quien dice ser y reivindicarse cabalmente como tal. No hay "paraiso canario" que soñar y proponer si no nos rebelamos contra la agresión que sufre el que hoy tenemos en legado. La "ofensiva salvaje" que estamos sufriendo en estos últimos años, amenaza con extinguirnos y en Canarias la "especie" más en peligro es el propio canario. Por eso el ecologismo en Canarias no puede ser sólo un reclamo o un "pepito grillo" para con el poder desalmado, sino incorporar que para salvar Canarias hay que ir, a la vez que "rebeldes", en la dirección de ser soberanos. No hay otra, porque con España y su Estado podrido, esperar razón, cambio o sentido común de alguno de sus "gobiernos" y escuderos isleños, es más utópico que reclamar para nuestra tierra ser un nuevo Estado.