EL PORQUÉ MARRUECOS NUNCA INVADIRÍA UNA CANARIAS INDEPENDIENTE: LA OPINIÓN DE MILITARES Y DIPLOMÁTICOS

Una sociedad moderna y densa, imposible de someter

Canarias no es un territorio vacío ni indefenso.Con más de 2,2 millones de habitantes, un alto nivel de urbanización e infraestructuras sólidas, el archipiélago representa una sociedad moderna y cohesionada.

Cualquier intento de dominación militar tendría que enfrentarse a resistencia civil, desobediencia y una ingobernabilidad inmediata.Ningún ejército del siglo XXI puede controlar una población de ese tamaño sin colapsar política y moralmente.El problema de una invasión nunca es entrar: es quedarse.Y la historia —de Afganistán a Ucrania— lo deja claro.

 
Una invasión anfibia sería un suicidio logístico

Proyectar y mantener una fuerza de ocupación sobre un archipiélago requiere una flota de transporte, cobertura aérea, reabastecimiento constante y control naval total.

Marruecos, aunque con un ejército terrestre numeroso, carece de capacidad anfibia a gran escala.No tiene buques de desembarco ni infraestructura logística para sostener una operación sostenida en el Atlántico.

El coste sería astronómico: miles de millones de dólares en despliegue, mantenimiento y combustible, sin garantías de éxito.

 El espejo de las Malvinas (1982)

Argentina, a solo 700 km de las islas, logró ocupar temporalmente las Malvinas.
Pero el Reino Unido —a 13.000 km— las recuperó tras una operación colosal con 100 barcos, 28.000 soldados y más de 900 muertos. El coste superó los 2.000 millones de dólares de la época.Si una potencia global apenas pudo sostener una operación insular, pensar que Marruecos podría hacerlo sobre unas islas con millones de habitantes y bajo la mirada de Europa es una quimera.

Cabo Verde y la lógica de la disuasión

Cabo Verde, pequeño Estado insular africano sin ejército relevante, nunca ha sido invadido.La razón es simple: las islas se defienden por la distancia, el coste y la inutilidad estratégica de ocuparlas.El propio aislamiento es su mejor escudo.

 
Una agresión sería un suicidio político y económico

El artículo 2 de la Carta de la ONU prohíbe el uso de la fuerza contra la independencia de otro Estado. Cualquier ataque tendría consecuencias inmediatas: sanciones, aislamiento diplomático, suspensión de acuerdos y ruptura con Europa y Estados Unidos.

Marruecos depende de la UE para más del 65 % de sus exportaciones, del turismo europeo y de la cooperación energética con España y Francia.Un conflicto destruiría en semanas su economía y su reputación internacional.
Ningún gobierno con aspiraciones de modernización asumiría semejante catástrofe por un objetivo sin valor estratégico.

 
Sin reivindicación territorial, sin excusa política

A diferencia del Sáhara Occidental, Marruecos no mantiene ninguna reivindicación sobre Canarias.Ni en su Constitución, ni en sus mapas, ni en su política exterior aparece el archipiélago como territorio en disputa.Las tensiones entre ambos países se limitan a la delimitación marítima y la gestión migratoria.Inventar una reclamación donde no la hay sería una ruptura deliberada del derecho internacional, y Rabat lo sabe.

 
El precedente del Sáhara: lademostración de los límites

Tras casi 50 años de conflicto, Marruecos no ha logrado resolver la cuestión del Sáhara Occidental.Mantiene allí más de 100.000 soldados y un muro defensivo de 2.700 kilómetros, con un gasto que drena sus recursos.Si no ha podido pacificar un territorio despoblado junto a su frontera, ¿cómo podría sostener un dominio sobre unas islas densamente habitadas, conectadas con Europa y bajo escrutinio global?

 
Neutralidad estratégica: la mejor defensa

Incluso si Canarias alcanzara su independencia, la neutralidad podría garantizar su seguridad más que cualquier alianza militar.Estados pequeños e insulares —como Cabo Verde, Malta o Suiza— han convertido la neutralidad en su mejor política exterior. Canarias podría mantener acuerdos de cooperación con la Unión Europea o la ONU, permitiendo incluso la presencia de tropas internacionales en misión de interposición o seguridad marítima, como ocurre en Chipre o Kosovo.

Y si España, como antigua metrópoli, se negara a reconocer formalmente su independencia, Canarias podría funcionar con un estatus mixto similar al de Taiwán:
una soberanía de facto, con amplias relaciones económicas y diplomáticas, reconocimiento parcial y —lo más importante— una disuasión efectiva.Taiwán lleva más de 70 años de independencia práctica sin haber sido invadida, a pesar de las amenazas de una potencia militar infinitamente mayor.

 
Conclusión: razones, no miedos

Pensar que Marruecos invadiría Canarias es desconocer cómo funciona el mundo moderno.Las conquistas territoriales ya no se justifican ni se sostienen.La estabilidad, el comercio y la diplomacia son las nuevas armas de poder.

Canarias independiente sería un actor neutral, moderno y conectado con Europa.Marruecos, consciente de sus límites y de sus intereses, no tiene nada que ganar y todo que perder en una aventura militar.

En geopolítica, los países no actúan por emociones, sino por costes.
Y en esa ecuación, una invasión de Canarias sería no solo imposible, sino absurda.