Somos un medio libre, sin ánimo de lucro ni  publicidad  de pago y su línea editorial no está sujeta a partido alguno. 

obediencia canaria

image_6483441

LAS DOS ALMAS DE ALBERTO RODRÍGUEZ

Semanario LA RAÍZ
EDITORIAL23 de febrero de 2023

El que fuera número 3 de Podemos, el canario Alberto Rodríguez, anda buscando "un espacio" donde plantar su "Drago". Eso sí, unos días lo riega con aguas de manantiales isleños y otros busca que "le destilen" de nubes que no pare el alisio. Vale que tener dos almas le salva de ser un "desalmado", pero haría bien el tinerfeño en no confundirse demasiado y terminar de definir pronto, si quiere hacer de su Drago un ejemplar como el de Icod o un "bonsai" más a la sombra del imperio.

multimedia.normal.9b326b5980265fec.53637265656e73686f745f32303231303231395f3232353434325f6e6f726d616c2e6a7067_2x

¿OBEDIENCIA CANARIA?

Semanario LA RAÍZ
CANARIAS26 de octubre de 2022

La RAE define eufemismo como aquella "palabra o expresión más suave o decorosa con que se sustituye otra considerada tabú, ... o demasiado franca". En la política canaria, hay varios ejemplos de cómo con el eufemismo "obediencia canaria" se pretendía evitar otros calificativos que sonaban menos "obedientes". Peor aún, hemos terminado comprobando que, en verdad, lo que se escondía tras "su obediencia" era la sumisión a intereses ajenos precisamente a Canarias. Para canarios "obedientes" ya tenemos a CC y NC, incluso a quienes quisieron parecerse a una U-PC. Los primeros también usaron aquello de "disciplina canaria", que vendría a ser en verdad la constante "genuflexión" a cambio de limosnas. Canarias no necesita obedientes, sino desobedientes. No necesita mejor gobernanza de lo existente, sino una transformación profunda e integral para salir de su condición dependiente y colonial.

    Lo más visto
    file-UVkEl22na3h29ii8FSks9opF

    ROMAN FAKE: El Bulo del Cambio en Nueva Canarias

    Semanario LA RAÍZ
    CANARIASEl lunes

    Crece el malestar entre la militancia de base de ambos sectores de Nueva Canarias, que empieza a sentirse manipulada por el aparente narcisismo de Román Rodríguez y Teodoro Sosa. Mientras los líderes se aferran al control del partido con discursos contradictorios, las bases cuestionan si las promesas de cambio son solo una cortina de humo para perpetuar sus egos y su poder.