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¿PORQUÉ NO VOTA EL CANARIO?

El hecho no es de hoy, ni de los últimos años, ni de un tipo u otro de elección. Lleva dándose desde el albor de la reciente etapa de "democracia formal". Ya en el referéndum constitucional hubo porcentajes altos de abstención y no es la primera vez que ese 60% de abstención del pasado 9J, se da en unas elecciones europeas en el archipielágo. Hay analistas del comportamiento político, que señalan que cuando se da de manera repetida un porcentaje de abstención superior al 35%,hay "un mal" que es sistémico y no aducible a circunstancias de carácter "doméstico" o puntual. El pasado domingo, se superó una cifra simbólica, récord, de canarios que no fueron a votar. Un millón de personas no encontraron ni razón ni opción, para votar ( 6 de cada 10 con derecho a voto). ¿A quien interesa normalizar estas cifras?

CANARIAS14 de junio de 2024Semanario LA RAÍZSemanario LA RAÍZ
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Las causas que llevan a no votar son variadas. Hay quienes tienen dificultades por ocupaciones, enfermedad, viajes, compromisos, o no les compensa el esfuerzo de moverse.

En Canarias es muy fácil votar porque tenemos muchísimas mesas electorales y el sistema jurídicamente garantiza ese derecho hasta por correo. Algunos estudios muestran que personas con bajas rentas o en desempleo y los jóvenes, votan menos porque no creen que su situación vaya a mejorar, lo cual se da más en hombres que en mujeres. También hay quiénes no encuentran el candidato perfecto y eligen no votar o votar en blanco. Esta desafección se complementa con los que no creen que su voto vaya a tener utilidad. Otros se dejan llevar por las encuestas y si dan por perdida una causa no votan a nadie cuando el preferido es un probable perdedor.

Los pactos post-electorales están a veces por encima de las decisiones de los votantes y a quienes no les gustaron los anteriores, no votan en las siguientes. Las campañas de desacreditación y desinformación, bulos, meter temas extraños a lo que se está votando, todo ese ruido aleja posibles votantes.

Hay distintos trabajos que miden entre un 15% y un 20% el conjunto de estas causas, pero nadie llega a explicar que más del 35% del electorado no vote. La cuestión es que un político que obtenga incluso el 50% de los votos con un 65% de participación, debería tener siempre presente en su pensamiento y en sus actos que 68 de cada 100 electores no lo han elegido. 

Vamos a las cifras más recientes. En las elecciones al Parlamento canario de 2023 dejaron de acudir a las urnas más de medio millón de personas (588 mil). En las elecciones generales de unos meses después la cifra se incrementó en casi 200.000 más (670 mil abstencionistas) y las del pasado 9J un millón de canarios no votó a partido alguno. La desafección viene de lejos pero se sigue acentuando.

Hay sociólogos que plantean que en Canarias hay tres grandes bloques de voto que se reparten el 50% del electorado. Un bloque de derechas (PP y afines), otro (Psoe y afines) y otro "regionalista" (CC, NC y otros). Esos mismos expertos basculan que en las elecciones generales y europeas los dos primeros bloques se ensanchan, pero es en las locales y autonómicas donde el tercer bloque consigue meterse en liza. Pero, ¿qué ha ocurrido para que entre mayo del 2023 y junio del 2024 más de 400.000 canarios se hayan sumado a la abstención?. Hablamos de toda la población de Las Palmas de Gran Canaria junta o del equivalente a 12 estadios como el de Gran Canaria a tope.

Si aceptamos el criterio de los analistas y expertos que sitúan los porcentajes de más del 35% de abstención como una manifestación de "falla sistémica", que en Canarias se superan con reiteración el 45%, 50% y 55% de abstención, se podría intuir una desafección sustemática y cronificada con los partidos políticos que han estado o están presentes en el panorama político canario.

Ángel Víctor Torres fue presidente con el apoyo tácito de apenas 3 de cada 10 canarios y tampoco es que Fernando Clavijo vaya mejor servido. La existencia de una ley electoral pervertida por el caciquismo insular introduce encima más déficit democrático y podríamos decir incluso que más obstáculos a cualquier intento de incentivar el voto.

A ningún partido le interesa indagar sobre las razones de esta desafección histórica y menos evitarla. Haya la participación que haya, los votos se los reparten igual: entre tres. El día que la abstención en Canarias se quede en un 10%, será el de un cambio real en este país nuestro. Habrá que trabajar mucho para eso.