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CLAVIJO "LLORA" EN ZARZUELA POR EL ABANDONO DEL GOBIERNO

En un gesto que políticamente es irrelevante y simbólicamente dice mucho del talante gris del presidente autonómico, la visita de Clavijo al Rey español deja un largo listado de "efectos secundarios" de nuestra condición colonial. Mientras los nacionalismos consecuentes colocan sus fichas de cara al debate territorial con el gobierno del Estado, el regionalismo llorón y pedigüeño de CC anda haciendo el ridículo.

CANARIAS24 de septiembre de 2023Semanario LA RAÍZSemanario LA RAÍZ
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El papelón que ejerce Fernando Clavijo desde hace más 10 años, es el vivo reflejo de la organización que dirige. CC es, a todas luces, un partido sin más aspiración que tener mando en plaza en Canarias, conseguir limosnas del Estado y repartir la porción de pastel que le dejan los lobbys a los que defiende. Claro que, cuando "las contradicciones con España" supuran, queda más que evidente que eso de la "Autonosuya" es un marco jurídico -político vacío de contenido y muy insuficiente para lidiar con problemáticas que además el Estado español deja en vía muerta, empozoñando la gobernanza en la colonia.

Clavijo ha ido a llorar a la Zarzuela, a verbalizar que Canarias es la Lampedusa española, que existe una emergencia hídrica y energética a punto de explotar, que el gobierno actual los toma como al pito del sereno, que Marruecos ya perfora aguas próximas a Lanzarote, que la "ultraperificidad" tampoco parece caber en la Constitución, pero también para dejarle claro a "su" Majestad que CC es el regionalismo medianero y sin sustancia, obediente e "investidor". Clavijo es sabedor de que está "audiencia" no sirva para nada y que el hijo del emérito rey se pone de perfil salvo para las fotos. El presidente más gris que ha tenido esta colonia, se ha ganado una reputación de político de escasa talla política, pésima capacidad de interlocución y nulo protagonismo. 

 Cada vez es más evidente que lo de CC no funciona ni que tenga a su favor la aritmética parlamentaria. Cuando no hay nada sustancial detrás, el disputado voto 176 o 173 sólo sirve para el mismo juego trilero de siempre: para pedir limosnas y no soberanía, para llorar en vez de exigir, para tragar en vez de dignificarse. CC es un cascarón vacío,un proyecto político hueco en ideología y trascendencia. Y con esa falta de esencia su papel sólo puede ser triste, vergonzante y mediocre.

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