MARCHA ATRÁS: DISIDENTES DE ROMÁN RODRÍGUEZ NO SEGUIRÁN A TEODORO SOSA EN SU DERIVA HACIA EL POPULISMO RAMPLÓN

Las aguas en Nueva Canarias (NC) están lejos de calmarse tras el levantamiento interno que en los últimos meses buscó poner fin a casi dos décadas de liderazgo de Román Rodríguez y Carmelo Ramírez. Sin embargo, lo que para muchos militantes significaba una oportunidad de renovación dentro del partido, se ha transformado en un callejón sin salida tras la estrategia de Teodoro Sosa, quien ahora busca alianzas que algunos consideran incompatibles con su forma de pensar que son los de los valores fundacionales de NC.

En significativas asambleas locales, como las de municipios como Santa Lucía, San Bartolomé de Tirajana, Agüimes y Gáldar, antiguos “rebeldes” contra la vieja guardia del partido, han parado en seco y dejado claro su rechazo al nuevo rumbo que plantea Sosa. No son todos, pero cada vez son más. El  alineamiento con figuras como Onelia Bueno, alcaldesa de Mogán, o Juan Peña, líder de Ciuca, ha encendido todas las alarmas. “Renovación no tiene que ser sinónimo de ruptura ni de traición a nuestros principios. Si el cambio de dirección es para abrazar el populismo rancio y el ultraconservadurismo, en esa guagua no seguimos”, expresó un militante de Santa Lucía. "Y no son pocos los que piensan igual", añade.

El registro de "Juntos por Gran Canaria" y el cambio de rumbo

En marzo, una polémica foto entre Onelia Bueno, Juan Peña y Teodoro Sosa encendió las suspicacias dentro y fuera del partido. Poco después, Bueno registró la sigla "Juntos por Gran Canaria", un movimiento que ahora se confirma como parte de la estrategia de Sosa para redirigir el rumbo de la operación. Según fuentes del mismísimo Bloque Nacionalista Rural, Sosa estaría interesado ya en cambiar el apellido electoral del Bloque Nacionalista Rural (BNR) y sustituir la marca de NC por la de "Juntos por Gran Canaria".

Esta maniobra ha causado estupor y profunda preocupación entre los militantes críticos, quienes consideran que este cambio no solo traiciona la idea inicial de "la revuelta" sino los principios que defendían y defiende NC. ¿Renovar el partido para reflotar NC o ir hacia la irrelevancia partièndolo en mil pedazos? afirman. “Si desde su creación NC ya estaba limitada en Gran medida a Gran Canaria, ahora con esta operación el proyecto pierde cualquier aspiración de ser una fuerza canaria y progresista. Y encima empieza a hacer aguas por todos lados”, afirmó un militante de Gáldar.

De la renovación al desencanto

Para muchos, el debate interno que surgió tras las elecciones de mayo no solo era oportuno, sino necesario. Militantes que participaron activamente en la llamada “rebelión” contra Román Rodríguez siguen considerando que el líder histórico de NC debe dar un paso atrás. Sin embargo, ahora se sienten manipulados por la hoja de ruta de Sosa, a quien acusan de usar el movimiento renovador para fines personales. “No vamos a cambiar el personalismo de Román por el de Teodoro, ni las maneras de Carmelo por otras iguales o peores”, lamentó un representante de San Bartolomé de Tirajana.

La frustración es compartida en Agüimes, bastión histórico de la izquierda canaria y cuna del movimiento Roque Aguayro. Un militante veterano fue tajante: “Si Antonio Morales bendice lo de Sosa, es que ha perdido la vergüenza y ofende la memoria histórica de 40 años de lucha de izquierdas en Agüimes. No podemos traicionar lo que hemos construido”. "Si Roque Aguayro pierde su pedigrí de izquierdas para abrazar irse de la mano con populistas", yo me planto, dice otro.

Un rechazo contundente a ciertas alianzas

La idea de aliarse con Onelia Bueno y Juan Peña ha sido especialmente polémica. Bueno, criticada por sectores progresistas por su gestión en Mogán, representa una ideología que muchos en NC consideran incompatible con el ADN del partido. Por su parte, Peña, heredero político del controvertido Guillermo Reyes en Telde, es visto como una figura representativa del populismo que tanto se ha combatido desde NC.

“No tenemos nada que ver con las formas ni con el fondo de la alcaldesa de Mogán, ni con el 'delfín' de Guillermo Reyes. Tampoco compartimos la ideología de derechas de Coalición Canaria, que Sosa parece estar abrazando”, afirmó una militante de Gáldar, destacando que el partido debe mantenerse fiel a su identidad progresista.

División interna y futuro incierto

A pesar del desencanto, muchos de los militantes que rechazan a Sosa aseguran que seguirán trabajando desde dentro de NC. “Nos presentaremos como siempre bajo las siglas de Nueva Canarias, aunque seamos rebeldes al narcisismo de Román y Carmelo. Pero que quede claro: Teodoro Sosa ya no habla en nuestro nombre”, afirmó un militante de Agüimes.

El malestar generalizado pone en jaque el futuro de la organización. Lo que comenzó como un movimiento para renovar y fortalecer NC corre el riesgo de fracturar al partido si no se reconduce el rumbo. “Queremos una Nueva Canarias que revalorice el proyecto, que crezca desde el consenso y la coherencia ideológica. No estamos aquí para seguir personalismos ni para alianzas que nos desdibujen como fuerza política de izquierdas”, concluyó una militante de Santa Lucía.

Con la estrategia de Sosa apostando por un cambio de marca hacia "Juntos por Gran Canaria", el partido enfrenta su momento más crítico. Lo que comenzó como un movimiento para renovar el liderazgo se ha convertido en una crisis que amenaza con fragmentar una organización que, por primera vez en años, parece perder su identidad.

Además, se ha conocido que Teodoro Sosa ya opera desde fuera de NC, y algunos de sus antiguos seguidores prefieren retirarse antes que aliarse con figuras como Onelia Bueno, Juan Peña o Coalición Canaria.