LOS CANARIOS TAMBIÉN IMPORTAN
Toda vida importa. Los migrantes necesitan ayuda y solidaridad. También los canarios que sufren. El racismo y el fascismo son una aberración, pero el buenismo es una cortina de humo si no viene acompañado de acciones políticas reales.
LO QUE PENSAMOS10 de marzo de 2021 HIJOS DE CANARIASEn el año 2013, surgió el hoy internacionalmente conocido "Black Live Matter" (La vida de los negros también importa). Lo hizo como respuesta al trato racista e injusto que una parte de la sociedad y administración norteamericana, ejercía y ejerce sobre las comunidades pobres afroamericanas. En la misma cuna de la llamada democracia más importante del mundo, centenares de miles de personas se tiraban a las calles para demostrar su indignación con el desprecio, inacción e impunidad con la que el gobierno de los Estados Unidos, su propio Congreso y hasta su poder judicial respondían a sus muchas décadas de sufrimiento y frustración.
El racismo, como la violencia, adquieren muchos rostros y se esconden bajo numerosas caretas. El racismo no se manifiesta sólo en su vertiente racial. También tiene un componente de clase. El negro con dinero, el musulmán con dinero, el oriental con dinero, están considerados y aceptados en el mismo club. Un club que en Canarias acepta al inglés inversor, al alemán turista, al italiano con pasaporte comunitario. El que no es aceptado en Canarias es el migrante "negro" que huye de la guerra , el "machipichu" que huye de la miseria, el "moro" que está harto del dictador de turno. Los primeros pueden entrar de cualquier forma, sin control alguno, en la cantidad que sea, porque aquí cabe toda Europa si fuera necesario aunque seamos sólo islas. El grupo de los "segundos" siempre representa una "invasión" y cuando además llegan en cayuco , son amontonados en campos de concentración o se les abandona cobardemente en las calles. La "cosa" cruge cuando los "socios" del club no están dispuestos a recibir, siquiera temporalmente, a los que consideran una amenaza incluso antes de que lo sean en verdad.
Más de 30000 migrantes africanos han llegado a Canarias durante el año 2021 y lo que va de 2021. Fueron acogidos dignamente en establecimientos de todo tipo hasta que España y Europa encontraran una salida a su situación. Es una respuesta humanitaria y de emergencia que se pretendía temporal pero que ya se eterniza o lo que es peor se agrava, ante la desidida, incapacidad e irresponsabilidad del Estado español.
¿Es que podíamos esperar otra cosa?¿Una respuesta que fuera digna de un Estado que ya de por sí permitía que miles de sus propios ciudadanos tengan que dormir a la interperie o sin un mínimo vital?. ¿Cuantos canarios desahuciados o que duermen entre cartones en las calles de nuestras ciudades llevan así desde siempre? . ¿Y las miles de personas que llegan tarde a los repartos en los comedores sociales, los miles de ancianos que sobreviven con pensiones de miseria y solos, los miles de personas que sobreviven de la limosna callejera o son parte del estadístico umbral de la pobreza?. Todos esos eran ya una emergencia social en si misma y tampoco importaron.
¿Cuando va a rebelarse por ellos el Presidente canario? ¿Cuando va a gritar por ellos la Ana Oramas del necionalismo claudicante y mercantil? ¿Cuando van a venir cuatro ministros a prisa y corriendo a apagar el fuego de una sociedad demagoga e hipócrita a la que la aporofobia la tiene enferma y que, con sus propios paisanos, mira a los celajes?.
El verdadero antiracismo en Canarias no sólo pasa por despreciar a los xenófobos, sino también a los endófobos que empequeñecen el sufrimiento de seres humanos de aquí o de allá. Hay que rebelarse sí, pero contra la aporofobia que convierte en nadies a quienes también están abandonados a su suerte en nuestras calles y hasta se suicidan por no poder aguantar ya el abandono de nuestras propias instituciones. Ningún ser humano es ilegal, pero las "vidas de los canarios también importan" y no vemos a las administraciones canarias y menos a las estatales, interesadas siquiera en responder a tanto sufrimiento.
Hay que combatir al racismo y al fascismo que lo alimenta, pero también a este dependentismo estéril y a un colonialismo que demuestra, una y otra vez, que "las vidas de los canarios" tampoco les importan.
Se acabó el tiempo de ser tratados como "rusos", como ultraperiféricos, como los "afortunados" que encabezamos todos los ranking negativos, como los "eternos" incomprendidos y pedigüeños por los que aquí llenan sus sacas.
Se acabaron los golpes de pecho, las plañideras "necionalistas", los ruegos y las exigencias a Madrid que sólo provocan carcajadas.
Se acabó creer que nuestro bienestar depende del gobierno metropolitano de turno o de hacerle la pelota a un ministro godo. La vida de los canarios también importa y en primer lugar nos debe importar a nosotros mismos, porque del Estado español sólo vamos a seguir recibiendo por los siglos de los siglos, mentiras y limosnas.
Lo que le está ocurriendo a esos miles de seres humanos que han llegado a nuestras costas huyendo de los desastres, guerras, miserias y fanatismos existentes en sus países, es sin duda una emergencia social y debe resolverse cuanto antes, por humanidad. Ellos se terminarán marchando. Unos de nuevo a sus países, tristemente deportados y otros al fin a la Europa que soñaron que tampoco será de ensueño como comprobarán. Los canarios quedaremos aquí, sufriendo un régimen colonial de escaparate, que precariza nuestras vidas, limita nuestras oportunidades, eterniza su incapacidad. Los canarios seguiremos sin importar y no saldremos en ningún informe del Defensor del Pueblo porque nuestras tasas de desempleo crónicas, de pobreza, de precariedad, de déficits de servicios, de marginalidad, de socorridos sólo por las ONG, etc, NO LES IMPORTAN.