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¡ES LA GUERRA!.....Y LA VAMOS PERDIENDO

El "enemigo" ha cruzado todas las líneas rojas y no sólo se ha apoderado de "territorios" que eran símbolos irreductibles y escaparates, también ha impuesto su relato entre quienes se suponía eran " de los nuestros". Las derechas extremas y las extremas derechas están ganando la guerra cultural y cuando eso ocurre la derrota "sobre el terreno" va a ser estrepitosa.

LA BAJA DEL SECRETO05 de julio de 2024Semanario LA RAÍZSemanario LA RAÍZ
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Siempre se dijo que no había nada más absurdo que un obrero de derechas, aunque haberlos siempre los hubo. Pero la cosa ahora es aún más grave, porque ya no sólo es entre los obreros donde han conseguido avanzar los "diestros", también entre la juventud que siempre fue el dique de la rebeldía y las alas de la utopía. 

La izquierda que jugó a ser derecha para ensanchar su base, se convirtió en una caricatura de lo que prometió ser y hacer y hay quien se quemó. Jugaron a ser "defensores del status quo", conservadores de la justicia a medias, el progreso a medias, la igualdad a medias, los derechos a medias. ¿Para qué apoyar a izquierdas que decidieron dejar de serlos con tal de mantenerse en el poder?.¿Para qué votar a quien dejó de soñar y se conformó con gestionar y parchear?¿Para qué tener derechos si ejercerlos sigue dependiendo del empleo, dinero o posición que tengas?.

La izquierda dejó de ser transformadora para limitarse a ser folklórica, como aquel canario que se viste de mago pero es un endófobo y godofilo de manual. La izquierda abrazó el modelo "gay Pride" de reivindicación y quemó las huelgas y las luchas guerreras. La izquierda dejó que hasta un desempleado se convirtiera en crítico de que otros recibieran "paguitas" o que la lucha contra el racismo llegara tarde. La izquierda se hizo cómoda, burguesa, apoltronada, coche escoba de oportunistas sin ideología, mientras las derechas aglutinaban a los hartos de no tener esperanza, a los que se creen que la mano invisible de Adan Smith del integrismo capitalista, es tan grandiosa como "la del Dios" que multiplicaba panes y peces.

No es ya sólo que la izquierda haya matado a todos sus próceres, revolucionarios, ideólogos y referencias, es que abrazó los de las derechas. Así las cosas "compró" lo del Estado del Bienestar y con ello también que debe haber desempleo, explotación, injusticia social, umbrales de exclusión, el MALESTAR como "asumible". 

En países como Canarias, admitió que los sectores agrarios e industriales se fueran al carajo. Abrazó lo del "si señor, no señor, yo por vivir entre los míos, hago lo que sea", pero ni bandejas nos dejan ya servir si no es para enfermar y rendirle pleitesía al que "terminó viniendo de fuera, a sembrar ...de hoteles hasta nuestras acequias". Y ahí vemos a los sindicatos de izquierdas, aplaudiendo con las orejas nuestro tercermundismo colonial que nos deja precariedad, milongas y limosnas 

Y así las cosas, la que llamaron "derecha civilizada" se empoderó y pudo de nuevo sacar su ser interior, el de la "derecha cavernícola" que grita "¡viva la libertad, carajo!, "vivan las terrazas y las cervezas!! y "mueran el Estado, lo público, los impuestos, los derechos básicos y fundamentales.....y los pobres, los negros,los moros, los independentistas y los rojos ....".

¿De verdad no es culpa de la izquierda, que en Pedro Hidalgo, el Polvorín, Zárate o el Lasso, gane la extrema derecha?¿De verdad que no es culpa de la izquierda, que el relato de estos bárbaros se haya impuesto por falta de correlato entre teoría y práctica, trabajo intelectual y de calle, proposición,  determinación y transformacion en las izquierdas?.

¿Qué ha pasado si no, para que una falangista sea alcaldesa de Madrid, un vago redomado lidere la tercera fuerza política, un gamberro salga eurodiputado o que la ciudad que tuvo un alcalde de UPC esté invadida de colonos europeos comprando Guanarteme, La Isleta, Las Canteras y hasta San Cristóbal si los dejan?

Ha pasado que la izquierda perdió su vergüenza, su autoestima, su pensar y sentir, sus compromisos y fidelidad, su dignidad y se entregó a la causa de " lo posible", a "conservar" el capitalismo y perdió su sentido.

Ha pasado que el "nacionalismo canario", le dejó todo su legado sentimental e histórico a un DEPENDENTISMO tolete, paguato, eunuco y limosnero. Aquel anticolonialismo antifranquista, antiimperialista, antifascista, anticapitalista, se metió en una cueva y aún espera en ella, mientras hasta la extrema derecha, la extrema dependencia, la extrema ignorancia le arrebata hasta "los guerreros guanches".

Para ganar esta guerra cultural primero hay que volver a la guerra, abandonar este estúpido buenismo que es más vagancia que humanidad. Para ganar una guerra hay que ir a la guerra, a la guerra de las ideas, de las movilizaciones, del empoderamiento intelectual y de calle. Para ganar esta guerra tenemos que creernoslo, pensarnos, ser alternativa real y no virtual, abandonar lo viejo.y construir lo alternativo. Creer, mover y luchar por una Canarias libre de colonialismo, DEPENDENTISMO, españolismo y ultraderechismo es irrenunciable.