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Inflaron al alza el PIB durante 25 años para disfrazar que la integración en la UE había sido en verdad negativa

CANARIAS30 de septiembre de 2024 Antonio Ramírez
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Durante más de dos décadas, el Producto Interior Bruto (PIB) de Canarias ha sido inflado para mantener la ficción de una prosperidad derivada de la integración en la Unión Europea (UE). A través de la manipulación de cifras macroeconómicas, se ha intentado ocultar la realidad de un modelo económico dependiente del turismo y de capitales extranjeros que no ha beneficiado a la mayoría de los canarios. Sin embargo, la revisión que el Instituto Nacional de Estadística (INE) hará en diciembre revela que este crecimiento ha sido un espejismo. La riqueza creada en el Archipiélago se ha quedado en manos de empresas extranjeras o se ha transferido fuera de las Islas, mientras la renta disponible de los canarios se desploma hasta mínimos históricos.

Pero, más allá de la corrección de las cifras del PIB, esta revisión esconde una trampa peligrosa. Lejos de implicar una revisión real del modelo económico, algunos actores buscan aprovechar esta nueva narrativa para perpetuar el reparto de fondos entre "los amigos y sectores de siempre", aquellos que durante años han capitalizado las políticas de ayudas y subvenciones, sin generar un verdadero cambio en el tejido productivo de la colonia.

El engaño del modelo inflado y la trampa de la revisión

A lo largo de 25 años, Canarias ha visto cómo se inflaban las cifras del PIB sin que esta riqueza se reflejara en el bienestar de la población. El turismo, señalado como el motor de la economía, ha creado una riqueza que, en realidad, no se queda en el Archipiélago. Este modelo, dependiente de factores externos, ha demostrado ser una trampa de dependencia, donde el capital se fuga al extranjero mientras los canarios siguen enfrentando salarios bajos y precariedad laboral.

La revisión del PIB que se avecina, que ajustará a la baja las cifras infladas de las últimas décadas, podría haber sido una oportunidad para repensar el modelo económico de Canarias. Sin embargo, lo que algunos persiguen con esta revisión no es una reforma estructural que beneficie a la población, sino una nueva oportunidad para reclamar más fondos y ayudas de la UE o del Estado, fondos que, como ha ocurrido en el pasado, serán distribuidos entre los sectores y actores de siempre.

¿Quién se beneficia realmente?

El turismo ha sido una fuente importante de ingresos, pero la mayor parte de los beneficios no se quedan en Canarias. Empresas multinacionales del sector turístico, hotelero y de transporte aéreo controlan gran parte del negocio, lo que significa que el grueso de las ganancias generadas por el turismo se transfiere fuera del Archipiélago. Este es uno de los grandes sesgos del modelo económico actual: mientras el PIB refleja una "riqueza" teórica, la realidad es que esta riqueza no llega a las familias canarias.

En este contexto, la corrección del INE podría haber impulsado un debate serio sobre la necesidad de diversificar la economía canaria y poner fin a su dependencia del turismo y de las multinacionales extranjeras. Pero, lejos de eso, algunos actores políticos y económicos ya están preparando el terreno para volver a reclamar más fondos, no para cambiar el modelo, sino para seguir alimentando a los mismos sectores privilegiados que han dominado la economía isleña durante décadas.

Este ciclo de dependencia de los fondos externos es, en sí mismo, otra trampa. No se trata de fondos que se distribuyen equitativamente o que se invierten en proyectos de diversificación productiva. Al contrario, estos recursos suelen terminar en manos de un pequeño grupo de intereses, perpetuando la desigualdad económica y la falta de oportunidades para la mayoría de los canarios.

La necesidad de una verdadera revisión del modelo económico

El verdadero problema que enfrenta Canarias no se resolverá con más fondos ni con ajustes cosméticos al PIB. La clave para el futuro del Archipiélago pasa por una revisión profunda del modelo económico que ha mantenido a la colonia en una situación de dependencia crónica. Canarias necesita apostar por sectores estratégicos que le permitan generar riqueza de manera autónoma y sostenible, como la agricultura, las energías renovables y la tecnología. Sin embargo, este cambio de rumbo no parece estar en la agenda de quienes controlan los resortes del poder económico y político.

La dependencia de capitales extranjeros y de fondos de la UE ha demostrado ser insostenible a largo plazo. Canarias no puede seguir siendo una economía cautiva del turismo y de los fondos que llegan desde Madrid o Bruselas para ser repartidos entre unos pocos. Este modelo solo perpetúa la precariedad de la mayoría de la población, mientras los sectores privilegiados siguen beneficiándose de un sistema que no genera una verdadera redistribución de la riqueza.

Un cambio necesario y urgente

Es hora de que Canarias tome las riendas de su propio destino económico. La corrección del PIB debería ser un llamado a la acción para abandonar el modelo fallido que ha empobrecido a los canarios mientras beneficiaba a unos pocos. Pero para que esto suceda, es imprescindible que se acabe con la lógica del clientelismo y el reparto de fondos entre los mismos actores que han controlado la economía durante décadas.

Lo que Canarias necesita no son más fondos que vayan a parar a los "amigos de siempre", sino una reforma estructural que permita una diversificación real de su economía. Solo así se podrá romper con el ciclo de dependencia y construir un modelo que genere riqueza de manera sostenible y que beneficie a la mayoría de la población.

La verdadera trampa no está en la corrección del PIB, sino en la falta de voluntad para cambiar el rumbo económico del Archipiélago. Si seguimos repitiendo las mismas fórmulas de siempre, el futuro de Canarias continuará marcado por la precariedad, la dependencia y la desigualdad. Es hora de exigir un cambio profundo, uno que ponga fin al reparto injusto de los recursos y que apueste por un modelo económico más justo y equitativo para todos los canarios.

Conclusión

La revisión del PIB que llevará a cabo el INE en diciembre desvelará el engaño de un modelo económico inflado durante 25 años. Pero, detrás de este ajuste, se esconde la trampa de quienes solo buscan perpetuar el reparto de fondos entre los sectores privilegiados que siempre han controlado la economía canaria. Es el momento de exigir un cambio real y construir un modelo que diversifique la economía, que genere empleo digno y que redistribuya la riqueza de manera equitativa. Canarias no puede seguir siendo una colonia económica al servicio de unos pocos; necesita un futuro más autónomo, más justo y más próspero para todos sus habitantes.

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