
La muerte de Abdoulie Bah. D.E.P ¡Verdad y Justicia!
"A mí me asalta la duda ..., cuando te cortan las alas de libertad y supervivencia en un aeropuerto"
Es curioso cómo se usan las palabras y con qué finalidad. Detrás de todas ellas está la intención del hablante. La palabra “turismofobia” cada vez está más presente en todos los medios y no cabe duda de que se hace para poner todos los focos, no en la raíz del problema, sino en quien lo padece.
El mantra de que Canarias vive del turismo ha estado presente en nuestras vidas desde hace décadas, y hemos fundado nuestra sociedad sobre esa base: todo se ha articulado para servir al visitante. Pero hemos llegado al punto de ebullición, donde la tierra que pisamos se ha convertido en un parque de atracciones que precisamente atrae a muchos inconscientes que no saben ni a dónde vienen.
Y no exagero. Gracias a las redes podemos ver continuamente personas desubicadas que se pasan las normas por el arco del triunfo. No voy a reproducir cada una de las fechorías, pero todos conocemos lo que ha pasado últimamente en volcanes, jameos, bosques y playas. Tampoco les voy a dar más protagonismo a quienes pintan una casa antigua y se creen artistas. Eso es puro ego, producto de la sociedad actual, que se queda en la superficie de las cosas demasiado a menudo. Y también pasará.
A parte de una minoría de incívicos y estúpidos, el amado turismo antes se concentraba en lugares donde los residentes se desplazaban a trabajar, como si de una mina se tratara. Caleta de Fuste, Costa Calma o Corralejo eran núcleos turísticos que alimentaban al resto de la isla, pero ahora los turistas están por todas partes, compitiendo con el local por su territorio, con ventaja económica, como una especie invasora que desplaza a la otra. Cojamos aire: turismo sí, pero con cabeza. Para nuestro beneficio.
Por otro lado, tenemos también la nueva población que viene a trabajar en el sector, porque no olvidemos que el turismo es una industria súper rentable, que genera muchísimos beneficios económicos y por eso no para de crecer. Esta población nueva, cuya velocidad de instalación ha crecido exponencialmente desde la pandemia, ocupa viviendas. También necesita médicos, profesores, agua y comida.
Si ya estábamos mal, ¿cómo vamos a estar ahora? Si por un lado gastamos dinero público en invitar a los nómadas digitales a instalarse en las islas, cuya previsión para este año es que lleguen a los 100.000; si una de cada dos casas en Fuerteventura las compra un extranjero a precios inalcanzables para los majoreros; si los alquileres no paran de subir y no hay vivienda pública en construcción; si nos gastamos en Canarias 66 millones de euros para promoción turística, lo que significa un 26% más que el año pasado; si seguimos propiciando macroproyectos declarados de interés insular (la llave que abre todas las puertas de la dichosa Ley del Suelo)... ¿Cómo nos vamos a sentir los nativos? Pues ultrajados, vilipendiados, desoídos, abandonados, inferiores, abusados, impotentes, frustrados, ansiosos, tristes, furiosos, rendidos y vencidos.
¿Por qué aprovechan encima para señalarnos? No es turismofobia, es CANARICIDIO. Si quieren neologismos, ahí lo tienen. Esto ya es un fenómeno acuñado.
El despertar del pueblo canario ya comenzó. Deseo que los políticos se hagan cargo y comiencen a trabajar por la gente normal, no por las grandes empresas o multinacionales. Aunque no es eso lo que se extrae cuando no dan la cara por los trabajadores de la RIU, sino que salen en defensa de la multinacional que ha faltado el respeto a todos nosotros, saltándose la valla del dominio público. No es actitud de protección hacia el pueblo lo que se ve en casos como el de La Tejita, La Pavona, Chira Soria o el Oliva Beach.
Sabemos que el camino es parar, analizar y gestionar, pero ya estamos llegando tarde. La gente se ahoga y no es tonta. No podemos llegar al punto de tener conflictos personales, sociales, en la calle, en la playa, porque "vivimos en el paraíso". Pero es que este paraíso es cada vez más infernal, ¿cómo es posible que estemos llegando esto?
"A mí me asalta la duda ..., cuando te cortan las alas de libertad y supervivencia en un aeropuerto"
UN MANIFIESTO PARA EL18 DE MAYO
Está el Trumpismo estadounidense y el " TRAMPISMO" que sirve para mantener el chiringuito colonial. Herramientas recaudatorias que no sirven ni responden al interés general, que no soportan medio argumentario a su favor pero que son " intocables" como las castas.
Un grupo de jóvenes poetas canarios toma el relevo de aquellas voces que en otras décadas dieron forma a la disidencia, la resistencia y la rebeldía a la sociedad que les rodeaban. Ahora, en una obra poética conjunta, toman de nuevo la palabra, la mejor palabra, la poesía.
UN MANIFIESTO PARA EL18 DE MAYO
¿A la tercera va la vencida?. Probablemente faltará mucho más.Esta cita del 18M es importante, pero aún lo será más, aquella otra donde tanta fuerza disidente sea consciente de que la victoria no llegará sólo con manifestaciones. En Canarias la democracia está secuestrada y la dictadura tiene rostro colonial.
"A mí me asalta la duda ..., cuando te cortan las alas de libertad y supervivencia en un aeropuerto"
Hay que tener mucha caradura para querer apuntarse ahora a las reivindicaciones del movimiento Canarias tiene un Límite. El PSOE, que ha sido coautor y cómplice de CC en varios gobiernos o que está presidido en Canarias por el corrupto alcalde de Adeje andaba hace unos días en el Parlamento y los medios de comunicación sumándose a las manifestaciones. Vaya descaro, cuánta demagogia. Que sinvergüenzas.
El 30 de Mayo empezó siendo una celebración impostada para unir lo canario a la Autonomía colonial. Cuarenta años después, hay que admitir que, al menos para centenares de miles de canarios, es una fecha interiorizada ya y donde celebran el vínculo territorial, vital y cultural que les une a pesar de toda la asimilación orquestada y perpetrada por propios y foráneos.