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LA LITERATURA CANARIA

EN DEFENSA PROPIA26 de junio de 2024 Nieves Rodríguez Rivera
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Uno de los requisitos para que una obra se convierta en un clásico es su universalidad y su pervivencia. El arte no tiene patria, no pertenece a ningún sitio pues es patrimonio de la humanidad. Sin embargo, la nación necesita siempre de creadores que expresen, que cuenten su historia colectiva al mundo y la guarden en la memoria para siempre.  


Por eso, deberíamos tener en cuenta el valor de la cultura, bien entendida, no como fiesta para todos y elitismo para unos pocos, sino como elemento esencial para la construcción nacional de un pueblo. 


Desconocer nuestro patrimonio cultural y su función social nos puede llevar a caer en el complejo de inferioridad que sobrevalora lo foráneo y menosprecia lo propio. Estos fundamentos deben comenzar desde la base y desde la infancia. Pero desde hace mucho tiempo, en la escuela canaria, la literatura canaria está en peligro de extinción. 


En numerosas ocasiones he defendido en los foros públicos la necesidad urgente de apostar por la literatura canaria y enseñarla de forma obligatoria en el aula, pues con las programaciones actuales el alumno acaba sus estudios de secundaria, y no digamos los universitarios, sin haber leído a ninguno de nuestros más ilustres pensadores o escritores. 


Sin embargo, hasta el momento no ha habido por parte de nuestros gobernantes ninguna intención de hacer que esta asignatura sea obligatoria sino como materia opcional, en segundo de bachillerato, a merced de que el alumnado la escoja. 


Deberíamos tomar nota de comunidades como Cataluña donde la implantación de su literatura en las aulas y la apuesta cultural en educación, en la sociedad entera, es la base para la fortificación, la consolidación y el orgullo de una nación. Nada de esto ocurre aquí, donde las políticas pseudo nacionalistas, liberales y de nuevos ricos que se vanagloria de su ignorancia y de no leer jamás un libro, como ya hizo en su día el presidente de la U.D, son las consignas que prevalecen.            


A pesar del abandono de nuestros gobernantes, Canarias siempre ha sido una tierra de grandes creadores que han malvivido y, a duras penas sobrevivido, al abandono secular que les ha prestado nuestra clase política. Muchos de estos grandes escritores se fueron de las islas para nunca más volver, algunos por las circunstancias históricas o de lejanía y otros porque eligieron libremente no hacerlo, aunque cargaran para siempre con la isla a cuesta, como Carmen Laforet, Galdós o Ángel Guimerà. Escritores que no solo defendieron siempre su pertenencia a Canarias, sino que ayudaban a sus compatriotas cuando llegaban a Madrid como hiciera Galdós con Ángel Guerra o Alonso Quesada y Ángel Guimerà desde Barcelona.


Solo por la existencia de estas figuras de la literatura universal, Canarias, una nación pequeña y fragmentada debería ser considerada rica en talento literario. No hay que olvidar que, escritores universales como Galdós y Guimerà, fueron durante años eternos aspirantes al Premio Nobel y que, por cuestiones políticas, no literarias, fueron rechazados; Galdós por ser republicano y aconfesional y Guimerà por escribir en una lengua que consideraban minoritaria y no afecta al régimen, como el catalán.


Sin embargo, el desconocimiento de nuestro patrimonio cultural habla más de cómo nos vemos como sociedad, que cualquier otro índice social.  Recobrar nuestra autoestima, nuestro orgullo patrio es más que nunca necesario. Conocer a través de nuestras grandes escritores y pensadores nuestras costumbres, los temas que nos afectan, los sueños y deseos, en definitiva, nuestra identidad, es el mayor tributo que le podemos hacer a esta tierra. Sobre todo, porque su acceso a esto es completamente gratis, las bibliotecas públicas y las tiendas de libros segunda mano, son todavía, para muchos ,un tesoro por descubrir. 


Este verano es un buen momento para comenzar a leer, a valorar y a abrazar nuestra literatura para no acabar alineados y disueltos en esta peligrosa aculturación que nos rodea.

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