La nueva generación saharaui alza la voz: España y Marruecos, Dos Caras de una misma moneda colonialista
"Carmelo Ramírez es uno de los que tiene que definirse de una vez: con España o contra España. Ya no valen ambigüedades."
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Ni olvido, no perdón. Javier Fernández es memoria que vive y que hoy, ante la reaparición de los fascistas españoles, debe estar más presente que nunca.
ACTIVISTAS11 de diciembre de 2024Semanario LA RAÍZEste 12 de diciembre se cumplen 47 años del asesinato de Javier Fernández Quesada, un joven estudiante grancanario de 22 años que murió a causa de un disparo de la Guardia Civil en el campus de la Universidad de La Laguna, en Tenerife. Su muerte, en el contexto de una huelga general, marcó un episodio trágico en la historia reciente de Canarias, vinculado a la violencia institucional que persistió durante los años de la llamada Transición española.
Un joven comprometido con su tierra
Javier, estudiante de Biología, era conocido por su compromiso con las causas sociales y su simpatía por el movimiento independentista canario. Como tantos jóvenes de su generación, creía en la posibilidad de construir una sociedad más justa y en la necesidad de reivindicar la identidad y los derechos del archipiélago. Su muerte no solo truncó una vida llena de promesas, sino que también simbolizó la represión de un Estado que no toleraba la disidencia.
La jornada del 12 de diciembre de 1977
En aquel día de huelga general, convocada para denunciar las precarias condiciones laborales y exigir libertades democráticas, el campus de la Universidad de La Laguna se convirtió en un espacio de protesta pacífica. Sin embargo, la intervención de la Guardia Civil rompió la calma. Los agentes irrumpieron en el recinto universitario, disparando indiscriminadamente. Javier fue alcanzado por una bala mientras se encontraba en las escalinatas del edificio central. Falleció casi al instante.
La conmoción y la indignación se extendieron rápidamente por todo el archipiélago, con manifestaciones multitudinarias en las que se exigió justicia. Pero, como en otros casos similares, las respuestas institucionales fueron insuficientes. La investigación judicial se trasladó a la jurisdicción militar, un hecho que selló la impunidad de los responsables.
Un asesinato que no puede olvidarse
El asesinato de Javier Fernández Quesada se inscribe en un periodo de la historia de Canarias y España donde las fuerzas represivas actuaron con total impunidad. Mientras que la narrativa oficial ha intentado consolidar la idea de una Transición "modélica" hacia la democracia, casos como el de Javier evidencian que este proceso estuvo lejos de ser pacífico o ejemplar.
En el contexto canario, la muerte de Javier resuena aún más profundamente. Su compromiso con su tierra y con las luchas por una Canarias libre y digna lo convierten en un símbolo no solo de la represión sufrida, sino también de la necesidad de mantener viva la memoria y las causas que él defendió.
Una alerta ante los peligros actuales
La conmemoración de este aniversario también sirve para reflexionar sobre los peligros que acechan en el presente. Movimientos y discursos de extrema derecha, que en otros tiempos operaban en las sombras, buscan nuevamente hacerse visibles y consolidarse. Recordar y exigir justicia por Javier no es solo un acto de memoria histórica, sino una herramienta para resistir a quienes pretenden reinstaurar el autoritarismo y el desprecio por las libertades.
La lucha por esclarecer su muerte y la de tantas otras víctimas sigue siendo una deuda pendiente con la historia de Canarias y su pueblo. Ni olvido, ni perdón. La memoria de Javier Fernández Quesada vive como un llamado a seguir defendiendo la justicia y la dignidad.
"Carmelo Ramírez es uno de los que tiene que definirse de una vez: con España o contra España. Ya no valen ambigüedades."
Gran Canaria se suma a la oleada mundial de apoyo al pueblo palestino y contra la barbarie que está cometiendo con ese pueblo el Estado sionista de Israel, EEUU y la UE. Será este sábado a las 11.00h.
Unión del Pueblo Canario fue una coalición de partidos de izquierdas y nacionalistas, que se convirtió en un un fenómeno social y político. Esta formación cristalizó los anhelos de una Canarias que buscaba su identidad mientras dejaba atrás la dictadura de Franco. Su éxito superó sus propias expectativas. Marcó una etapa de la política canaria, la primera tras la dictadura, y probablemente, plantó una semilla de la hoy podríamos adivinar alguna huella. Analizamos su nacimiento, su fulgurante éxito y su también rápido fracaso, junto al periodista Enrique Bethencourt, autor del libro "La Unión del Pueblo Canario. Luces y sombras del nacionalismo autodeterminista de los años 70-80", editado por la Fundación Canaria Tamaimos.
Según distintas fuentes, en 1977, el MPAIAC podría contar con al menos un centenar de Activistas. Conocer ese número con exactitud es difícil porque, a su carácter clandestino, hay que sumar las propias características de un movimiento que tenía enormes déficits de organización, financiación y margen de actuación. Uno de esos Activistas fue, es, Manuel Suárez Rosales.
"España pagó a varios diplomáticos de la OUA y alguna cancillería africana para que echara abajo la reivindicación independentista articulada por el MPAIAC en los años 70 y principios de los 80"
HACER DESAPARECER EL PENDÓN DE LA CONQUISTA DE TENERIFE: UNA ACCIÓN POLÍTICA DEL MPAIAC EN 1977 QUE DESPERTÓ UNA OLA DE DETENCIONES, REPRESIÓN POLICIAL Y TORTURAS DEL ESTADO ESPAÑOL.
La mejor forma de decir es hacer. Si formas parte, toma parte. Si amas a tu tierra, MOVILÍZATE CON NOSOTROS/AS.
Valiente lucha la de aquellos adolescentes, luchadores y patriotas. Que su ejemplo y testimonio de compromiso con la causa canaria sea conocido y valorado por siempre.
Dice un proverbio popular aquello de "A lo hecho, pecho" y otro se suma señalando que "más vale tarde que nunca". Pues aunque algunos se empeñen en querer "blanquear" su papel en la historia hay pueblos que están por no olvidar. Estatuas de racistas y colonialistas caen en todos lados. En Canarias, el MPAIAC ya las tiró.
Este 10 de diciembre se cumplen 12 años del fallecimiento de Antonio Cubillo, líder del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC). Su vida estuvo marcada por una lucha incansable por la soberanía, la justicia y la dignidad del pueblo canario, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y esperanza para muchos. Con motivo de este aniversario, presentamos esta entrevista apócrifa como un ejercicio literario y reflexivo, basado en sus discursos, escritos y entrevistas concedidas en vida. Este texto no busca sustituir ni reinterpretar sus palabras, sino imaginar, con profundo respeto, cómo habría respondido a preguntas que siguen siendo relevantes hoy en día. Nuestro objetivo es rendir homenaje a su legado y destacar su compromiso político, invitando a las nuevas generaciones a reflexionar sobre los ideales que defendió con tanta determinación. Lo que sigue es un intento de evocar su voz, siempre con el máximo respeto hacia su figura, su familia y la historia que ayudó a construir.
Unos y otros han decidido divorciarse. Eso sí "los hijos en común" seguirán en sus puestos remunerados hasta el 2027. De traca. Y a todas éstas, en una muestra absoluta de inmoralidad, Antonio Morales permanece en las sombras, entre bastidores, muñidor último del suicidio de NC.
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Tras más de 35 años reivindicándose como de izquierdas y ecologista, Antonio Morales, el líder de Roque Aguayro está a poco de cargarse definitivamente su "pedigrí" por la ambición desmedida de su delfín en el Cabildo, Teodoro Sosa. El galdense anda desatado, llevado por su personalidad histriónica y, "por su cuenta", busca sumar por sumar con dos personajes, Onalia Bueno y Juan Antonio Peña. Personajes que están muy lejos de ser regeneración política, mejor democracia o defender intereses generales.