LA EXCUSAS DEL DEPENDENTISMO: TINTA DE CALAMAR
Doscientas mil personas salen a las calles y nada. Amplia difusión internacional de esas movilizaciones y nada. Activistas en huelga de hambre y nada. Amplio debate social y nada de nada. Si acaso alguna cortina de humo pero, en esencia, el colonialismo europeo y sus medianeros no están dispuestos a mover un músculo. Eso sí, tinta de calamar a chorros. La "cosa" va de que nada quede "cristalino" sino darse el tiempo necesario para que todo se disipe.
CANARIAS16 de mayo de 2024Semanario LA RAÍZPobres pero felices. Afortunados pero con un suicidio cada 48 horas. Modelo de éxito pero ni viviendas en las que vivir. Rècord en la llegada de turistas pero con los salarios apenas se llega a fin de mes. Sobrepoblación foránea pero nuestros jóvenes emigran. Tenemos delante un crimen, pero la policía es cómplice del asesino. Lo que pasa en Canarias es propio de un régimen bananero, pero aquí hay quien prefiere tener una vida miserable pero llamarse español y europeo, que ponerse en su sitio y romper con este régimen de injusticia.
Canarias tiene solución pero prefiere aguantar las excusas, tragarse la tinta de calamar con la que su clase dirigente enmascara el colapso al que han llevado a su propio modelo colonial. Podrían habernos seguido robado varios siglos más, pero su avaricia depredadora es tal que hasta han "decapitado" a su "gallina de huevos de oro". Podrían haber mimado el territorio que les da de comer pero han optado por destrozarlo. Podrían haber tenido justamente tratados a sus "eunucos", pero su desprecio por la justicia es tal que no están dispuestos a repartir su inmensa riqueza. Podrían ser más inteligentes pero son tan primarios que no ven más allá del corto plazo y a poco que se sienten "cuestionados" sólo expulsan tinta de calamar.
Si, porque la reunión de Presidentes, el anuncio de estudios y comisiones, los titulares de pago en prensa con cara de póker y el trasmallo de malabares propuestas vacías de contenido es sólo eso, tinta de calamar para aparentar que se mueve algo donde hay puro inmovilismo.
No nos cansaremos de repetir, que no se puede negociar con quien no reconoce que la otra parte existe. Hay que convencer al calamar que no nos vale con su tinta. Hay que dejarle claro a la clase dirigente que esto no va de quien pone la excusa más tonta para no abordar de verdad los problemas que tenenos delante. Pero sobre todo hay que demostrarles que su propia supervivencia política y empresarial va ligada a que obedezcan a la mayoría social de esta tierra. Eso o que afronten un estallido social pronto.