17 MILLONES EN ASIENTOS PARA SUS SEÑORÍAS: ¡NO TIENEN VERGÜENZA!

La renovación de los sillones del Parlamento de Canarias incluye la reposición del sillón del presidente de la Cámara, de todos los miembros de la mesa, del secretario general, del secretario adjunto, los once miembros del Gobierno y los 69 diputados, aparte de otros dos sillones más de repuesto. En total hablamos de un gasto de 105.283 euros -más de 17 millones y medios de las antiguas pesetas-, a razón de 1238 euros por "poltrona".
Alguien podrá decir que denunciar esto públicamente son ganas de generar ruido, pero es que no hacerlo es aceptar con resignación y silencio un gasto que no es ni urgente, ni necesario, ni políticamente asumible, por ser hasta demasiado benévolos en la calificación.
No tiene un pase que, además de las pocas sesiones que sus señorías tienen al año, todas concentradas y con largísimos paréntesis para vacaciones y ausencia de plenos, los diputados del PSOE, PP, NC, ASG y CC que con su voto han "legitimado" este acto de insensibilidad y poca vergüenza para con la ciudadanía que ya les gratifica con grandes sueldos y dietas, entiendan urgente la comodidad de sus "posaderas" como si los actuales asientos ya no fueran de por sí lo suficientemente suntuosos.
Viven como ricos y por eso gastan como ricos, pero con dinero que es de todos. Nadie pone peros a dignificar su condición de representantes públicos, pero medidas como éstas, superfluas y extravagantes, son las que los retratan como indignos de ostentar esa representación porque la situación ,de la que sus partidos son cómplices, no es precisamente nada fácil en la coyuntura actual.
Al contrario de lo que sucede con la mayoría de los trabajadores del Archipiélago, los diputados del Parlamento de Canarias no pueden quejarse por recibir bajos salarios. De hecho, ya en 2013 sus "señorías" recibían el octavo sueldo parlamentario más elevado del sistema autonómico. Con sus correspondientes aumentos, al cierre del año 2018, los 60 diputados de la Cámara Autonómica se embolsaban unos salarios de 3.975 euros brutos mensuales, sin sumar las dietas o las pagas extras. Por si estos emulomentos no fueran suficientes para garantizarles llegar con holgura a final de mes, los diputados regionales se embolsan por término medio otros 9.000 euros en dietas al año, con una horquilla que va desde los más de 20.000 euros anuales que puede llegar a cobrar un miembro de la Mesa hasta los 4.500 que percibe un diputado de a pie "poco activo".
No tienen vergüenza. No tienen empatía. No tienen dignidad.