¿DE QUÉ VIVE Y A QUIEN SE DEBE LA PRENSA COLONIAL?
A la prensa actual le pasa lo que a los partidos: no es verdad que vivan de las "cuotas" de sus "seguidores". Los medios son empresas de " publicidad" y los partidos empresas de trabajo temporal. En ambos casos se deben a "las órdenes" de quien manda en plaza, por eso ninguno está por "jugar a la democracia" en serio, sino por mantener el status actual. LA RAÍZ entra en el "estómago" de uno de los "cancerberos" del sistema colonial en Canarias.
CANARIAS02 de octubre de 2023Semanario LA RAÍZAlguien dijo que lo que no sale en los medios no existe. Pero puede haber algo peor: que algo que no existe en verdad, si salga.
Antes de que alguien bautizara las mentiras como Fakes news, de que se asesinara política y socialmente a un "opositor" con titulares y noticias prefabricadas, ya en Canarias había causas, siglas y personas condenadas al silencio o vejadas en su honor por directores, columnistas y "seudónimos" al servicio del colonialismo español.
Antes de que CC "parasitara" entre nosotros y usurpara el concepto nacionalista a quienes en verdad sí lo era, la prensa colonial usaba la estrategia del ninguneo o el silencio, para con todo lo que hiciera pensar en clave y/o pensamiento canario "contracorriente". Cuando ese objetivo no podía alcanzarse, salían de "la chistera" seudoperiodistas, sicarios del oficio, que se encargaban desde editoriales, titulares, columnas o extensas encíclicas en páginas destacadas, de insultar, distorsionar, ridiculizar, enfangar las ideas, proclamas y acciones del nacionalismo más consecuente.
Algunos dirán que eran otros tiempos, que rescoldos del franquismo habitaban aún entre nosotros, que tenían todo su derecho a hacerlo a pesar de que se titulan "profesionales de la información". Sin embargo, lo que más se prodigaba, eran "escríbanos" que militaban, a izquierda y derecha, en el españolismo más rancio y un caciquismo poderoso.
Hoy los medios son simples empresas, con accionistas, balance de resultados, afán desmedido de lucro, se deben a quien paga más y son "exquisitamente convincentes" con quien no.
Hoy cualquier cargo político tiene partidas de dinero público destinadas a su autobombo. Negocia contenidos, enfoque, titulares, entrevistas y en otros casos " sugiere" que temas no deben tocarse. De refuerzo hay grandes partidas de "publicidad institucional" obligatorias que caen en un medio u otro según " preferencias". Otros "anunciantes" con "cuentas de publicidad" anuales muy suculentas, también se permiten el "privilegio" de opinar, orientar, sugerir y hasta recordar si algunas noticias deben tener èste o aquel tratamiento, lógicamente desde la insinuación de los negocios que hacen juntos.
Por estas y otras razones, algunas hasta de Estado, hay problemáticas que no son noticias, causas silenciadas, movimientos ninguneados, opiniones amordazadas, personas vetadas, ideas condenadas a no existir. Más aún, a los que sí pasan por caja, son convertidos en alguien, bien maquillados socialmente, ungidas sus causas e intereses personales, popularizados artificialmente.
Así las cosas, la "prensa" en Canarias, sólo convierte en noticia que rompe con su mediocridad, cuando se hacen eco los medios españoles. El turismo es dulcificado, los macroproyectos son exaltados, el nepotismo y amiguismo son disimulados, por las prácticas corruptas pasan de puntillas según quien sea, el caciquismo de nuevo cuño es adulado, etc.
Quien paga manda. Sólo es noticia lo que interesa a quien paga. Amparados en el derecho a la libre expresión y opinión, llaman información a lo que sólo es propaganda, manipulan la verdad, son cómplices de un régimen corrupto, consentidores de una estafa masiva, encubridores por dinero del expolio de un país. No son "mensajeros" de la verdad, sino fábricas de una realidad que está adulterada.
En una colonia, la verdad y la mentira están al servicio de mantener el status Quo que interesa a la metrópoli y quienes "le mantienen la lata". Resistir es un acto de dignidad. No cabe resignación posible porque es tanto como entregar hasta nuestro derecho a pensar.