
Liberación Canaria rechaza la colocación de una placa en honor a un conquistador colonial en Telde: “Es un acto de vergüenza histórica”
Los nacionalistas expresan su malestar y denuncian este despropósito
Canarias: un paraíso para el visitante, pero un infierno para quien lo llama hogar. Los políticos, grandes empresarios y multinacionales no se cansan de repetir el mantra de las islas afortunadas, pero lo cierto es que detrás de la postal de playas de arena dorada y cielos despejados se esconde una realidad que los canarios conocen demasiado bien: este rincón del Estado español es, cada vez más, una colonia moderna.
El lugar que eligen 18 millones de personas cada año para pasar sus vacaciones es también el rincón del Estado español con los salarios más precarios, el coste de vida más alto y las oportunidades más limitadas. La paradoja resulta insultante: mientras los visitantes disfrutan de hoteles de lujo, la mayoría de los isleños sobreviven con contratos temporales, jornales de miseria y un mercado laboral basado casi exclusivamente en el turismo. Según datos del INE, el salario medio en Canarias es un 20% inferior al del resto del Estado español, y el 40% de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social.
Un paraíso que perpetúa la desigualdad laboral
En Canarias, la precariedad laboral tiene rostros muy concretos: los de los trabajadores sudamericanos que, en condiciones de máxima explotación y con derechos laborales prácticamente inexistentes, sostienen sectores esenciales como la hostelería, la construcción y el trabajo doméstico. Este colectivo es el encargado de realizar los trabajos más duros y peor remunerados, en jornadas interminables que apenas permiten la subsistencia.
Por otro lado, quienes llegan a las islas desde la península ibérica o desde otros países europeos lo hacen en una situación radicalmente distinta. Según los propios datos de contratación del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), muchos de estos recién llegados llegan con trabajo garantizado, a menudo en empleos cualificados o con salarios mucho más elevados que los ofrecidos a los locales. La llegada de estos "godos" y europeos no sólo genera una brecha salarial evidente, sino que desplaza aún más a los canarios y a los trabajadores más vulnerables en el acceso a empleos dignos.
Este desequilibrio perpetúa una jerarquía laboral colonial, donde los canarios y los migrantes latinoamericanos asumen los roles más precarios, mientras los extranjeros europeos disfrutan de las ventajas del mercado laboral local, a menudo accediendo a contratos directos en empresas multinacionales o instituciones públicas.
Sustitución colonial: un archipiélago desfigurado
La transformación demográfica en Canarias refleja una sustitución colonial cada vez más evidente. Según datos del INE, en 2002 sólo cuatro municipios de la isla de Tenerife tenían un porcentaje de población canaria menor al 50%. Hoy, esa realidad se ha invertido: la mayoría de los municipios tinerfeños han superado ese umbral. Más aún, no existe ningún municipio en Tenerife donde al menos el 80% de la población sea canaria, ni siquiera en los pueblos del interior, tradicionalmente menos afectados por el turismo masivo y la especulación urbanística.
Este fenómeno no es accidental: es el resultado de políticas que favorecen la llegada de jubilados y trabajadores remotos europeos con mayores salarios o pensiones, mientras expulsan a los vecinos históricos. La gentrificación, visible en barrios como Vegueta, en Gran Canaria, o La Laguna, en Tenerife, está desfigurando no sólo el acceso a la vivienda, sino también la propia identidad cultural y social de las islas.
Sin vivienda pública, sin soluciones
En las últimas dos décadas, las políticas de vivienda en Canarias han sido prácticamente inexistentes. Según datos del Instituto Canario de la Vivienda, en los últimos 20 años no se ha construido ni una sola promoción pública significativa. Este vacío de planificación ha dejado a miles de familias a la deriva en el mercado especulativo, agravado por las consecuencias de la crisis financiera de 2008.
Durante aquella crisis, miles de familias canarias perdieron sus hogares tras ser incapaces de asumir las hipotecas impuestas por los bancos. Esas mismas viviendas fueron vendidas a precios irrisorios a fondos buitres, que hoy especulan con el alquiler y utilizan plataformas como Airbnb para maximizar beneficios a costa de los residentes.
El turismo como maquinaria extractiva
El turismo, presentado como la salvación económica de las islas, actúa más como una maquinaria extractiva. Según datos del Gobierno de Canarias, el sector representa casi el 35% del PIB regional, pero la riqueza que genera no se queda aquí: la mayoría de las grandes cadenas hoteleras tienen sede fiscal en la península ibérica o en el extranjero. Se calcula que por cada euro que entra a las islas por turismo, apenas unos céntimos benefician a la economía local.
A esta dependencia del turismo se suma la irrupción de plataformas como Airbnb, que han agravado aún más la crisis habitacional. Muchas viviendas que antes se destinaban al alquiler residencial ahora se reservan para turistas. Según un informe reciente de Exceltur, el número de viviendas destinadas al alquiler turístico en Canarias ha aumentado un 250% en la última década, mientras que la oferta de alquiler residencial se ha reducido drásticamente.
¿Un paraíso o una colonia moderna?
Es imposible no pensar en Canarias como una colonia contemporánea, un territorio explotado para beneficio de otros. La metáfora colonial no es nueva, pero sigue siendo dolorosamente actual: la riqueza generada en el archipiélago no se queda en las islas, los recursos naturales son sacrificados en aras del turismo, y la población local, junto con los migrantes sudamericanos que realizan los trabajos más explotadores, se ve relegada a un papel secundario.
Mientras los políticos locales venden Canarias como un lugar idílico para los extranjeros, para quienes nacen aquí y para quienes llegan con la esperanza de un futuro mejor, la realidad es bien distinta. No es un paraíso, sino un infierno social, un lugar donde sobrevivir se convierte en un acto de resistencia diaria. Este rincón del Estado español merece algo mejor que ser el patio trasero de las multinacionales y los grandes capitales. Es hora de que las islas afortunadas lo sean también para quienes las habitan y las sostienen.
Los nacionalistas expresan su malestar y denuncian este despropósito
Román Rodríguez, Carmelo Ramírez y Pedro Quevedo dejarán de ser el "núcleo irradiador" del poder y la toma de decisiones en esa organización política tras el Congreso que celebrarán en Julio. Más aún, los "Canaristas" se liberán del presidencialismo omnipresente y omnipotente y adaptan su estructura organizativa a los nuevos tiempos: órganos más colegiados, más participados y que aspiran "nutrirse" de referéndums internos consultivos y vinculantes para la toma de decisiones internas. A este "cambio" se ha llegado tras un debate profundo donde una nueva hornada de actores políticos ha conseguido doblegar las resistencias de la tricefalia histórica que, por su narcisismo, ha estado a punto de cargarse el proyecto.
La dirigente ultra del PP terminará descabalgando al gris y robótico Feijoó a medio plazo. La derecha extrema española y todo su entramado económico, judicial y mediático saben que la única forma de sacar a los socialdemócratas del gobierno pasa por sumar más votos que los que ahora conforman el dique de contención a sus pretensiones. Ayuso es por tanto la esperanza "aria" de ese bloque "trumpista"español y está colocando las fichas para hacer posible su "golpe interno" y estatal.
Se vendió electoralmente como "promotor" de una ecoisla y no ha sabido ni proteger las dunas de Maspalomas. Antonio Morales se ha consolidado como un mentiroso compulsivo y un demagogo sin vergüenza si quiera. Miles de personas siguen "invadiendo" a diario uno de los tesoros naturales más emblemáticos de Gran Canaria y Morales, cada vez que se lo restriegan por la cara, promete una protección que nunca se cumple.
Ni con la presencia de los Reyes de España han logrado atraer a la ciudadanía canaria a las demostraciones y desfiles belicistas celebrados en el Archipielágo ayer y hoy. Es calculo es fácil: más de 6000 militares participantes y apenas 12.000 personas como público. Más atrae un concierto de Quevedo o una Cabalgata de Carnavales.
Esta vez ha sido en la llamada Conferencia de Presidentes, una farsa convertida en circo mediático para consumo del periodismo low cost. Mientras los nacionalistas vascos y catalanes lograban poder hablar en su idioma y Ayuso imponía el suyo su falangismo, Clavijo volvía a quedar de nuevo retratado como el presidente gris que es.
Hay que tener mucha caradura para querer apuntarse ahora a las reivindicaciones del movimiento Canarias tiene un Límite. El PSOE, que ha sido coautor y cómplice de CC en varios gobiernos o que está presidido en Canarias por el corrupto alcalde de Adeje andaba hace unos días en el Parlamento y los medios de comunicación sumándose a las manifestaciones. Vaya descaro, cuánta demagogia. Que sinvergüenzas.
Esta vez ha sido en la llamada Conferencia de Presidentes, una farsa convertida en circo mediático para consumo del periodismo low cost. Mientras los nacionalistas vascos y catalanes lograban poder hablar en su idioma y Ayuso imponía el suyo su falangismo, Clavijo volvía a quedar de nuevo retratado como el presidente gris que es.
Ni con la presencia de los Reyes de España han logrado atraer a la ciudadanía canaria a las demostraciones y desfiles belicistas celebrados en el Archipielágo ayer y hoy. Es calculo es fácil: más de 6000 militares participantes y apenas 12.000 personas como público. Más atrae un concierto de Quevedo o una Cabalgata de Carnavales.
Se vendió electoralmente como "promotor" de una ecoisla y no ha sabido ni proteger las dunas de Maspalomas. Antonio Morales se ha consolidado como un mentiroso compulsivo y un demagogo sin vergüenza si quiera. Miles de personas siguen "invadiendo" a diario uno de los tesoros naturales más emblemáticos de Gran Canaria y Morales, cada vez que se lo restriegan por la cara, promete una protección que nunca se cumple.
La dirigente ultra del PP terminará descabalgando al gris y robótico Feijoó a medio plazo. La derecha extrema española y todo su entramado económico, judicial y mediático saben que la única forma de sacar a los socialdemócratas del gobierno pasa por sumar más votos que los que ahora conforman el dique de contención a sus pretensiones. Ayuso es por tanto la esperanza "aria" de ese bloque "trumpista"español y está colocando las fichas para hacer posible su "golpe interno" y estatal.
Alguien dijo que "asesinar la imagen" de un oponente político sale "más limpio y barato" que hacerlo como en el pasado. También otro intelectual avisó de aquello de que, tras ver como el autoritarismo venía a por otros y no hacer nada, "un día vinieron a por mi y no había nadie siquiera para dar cuenta de ello". En España, primero fueron a por Podemos, después a por todo independentista y ahora van a por todo lo que queda.
Román Rodríguez, Carmelo Ramírez y Pedro Quevedo dejarán de ser el "núcleo irradiador" del poder y la toma de decisiones en esa organización política tras el Congreso que celebrarán en Julio. Más aún, los "Canaristas" se liberán del presidencialismo omnipresente y omnipotente y adaptan su estructura organizativa a los nuevos tiempos: órganos más colegiados, más participados y que aspiran "nutrirse" de referéndums internos consultivos y vinculantes para la toma de decisiones internas. A este "cambio" se ha llegado tras un debate profundo donde una nueva hornada de actores políticos ha conseguido doblegar las resistencias de la tricefalia histórica que, por su narcisismo, ha estado a punto de cargarse el proyecto.
Los nacionalistas expresan su malestar y denuncian este despropósito